
Es fácil ser parte de algo por conformismo, por no saber, porque es más cómodo,
Usted señor, que no supo responder una simple pregunta, se conforma en satisfacer a otros escondiendo su ignorancia, el callar, porque la historia es repetitiva, crea grietas, derrumba la torre de naipes, boom!!!
Esas memorias que se tienden a recordar en los momentos menos oportunos, en ese mismo momento que se derrumbo la torre, la memoria se activa, cuando estabas enseñando tus conocimientos, con esa paciencia que no te caracteriza, con petroglifos, con tinta y cuadriculas,
Esa capacidad de decir aquí no pasa nada, aquí no quiero estar, y las razones se guardan, razones cambiantes, razones de vivencias arrepentidas…
Esa capacidad, que tiene ese vaso lleno de aceite en mezclarse arrasar con todo, cambiar su composición, y luego volver al mismo vaso como si nada, como si nada hubiera pasado…
No somos parte de los inventarios propios de otros, crecemos en base a genética dicen, otros a la genética creada, y otro miles, a las vivencias expuestas…
No es posible que envasemos la historia, taparla con un corcho y ponerla en la caja de los recuerdos, esos envases se quiebran, son frágiles, pero retomamos la comodidad, como duele y/o es molesto, lo envasamos, lo sellamos y si se quiebra ahí se verá que sucede…
Si somos creadores de historias, no nos podemos dar el lujo de envasarla, es simple, y en veinte letras se lee: …. Mi historia no se envasa…
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